Seguro que muchas veces has
viajado en tren y has visto unas piedras que cubren la vía. Pero ¿por qué se
ponen piedras? En realidad esta capa que se pone
encima de las vías se llama balastos y está
compuesta de piedras de granito machacada. El balasto se extiende sobre
la superficie de los ferrocarriles porque sujeta la vía y reparte la presión
para que no se dañe el suelo blando con el peso del tren. Así, impide que los
raíles se desplacen hacia fuera y que se modifique el ancho de vía. El balasto
también absorbe las vibraciones, drena el agua de la lluvia y evapora la
humedad del subsuelo.
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Balastos en las vías del tren | Fuente: Fernando Jiménez |
La capa que se
utiliza suele tener entre 22 y 30 centímetros de grosor, dependiendo si es un
tren de alta velocidad o no. Así que sin duda estas piedras que siempre vemos
en las vías cuando viajamos en tren cumplen una función fundamental para el
buen funcionamiento del sistema ferroviario.
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